
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LA APLICACIÓN EN SU DESARROLLO DE DIRECTRICES ÉTICAS
Javier Puyol y Carlos Franco abordan la necesidad de desarrollar una serie de directrices éticas sobre la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial (IA) desempeña un papel muy trascendente en la vida de miles de millones de personas, y presumiblemente su importancia se irá multiplicando en nuestra existencia de manera exponencial.
Los sistemas de IA plantean nuevos tipos de cuestiones éticas que incluyen, aunque no exclusivamente, su impacto en la adopción de decisiones, el empleo y el trabajo, la interacción social, la atención de la salud, la educación, los medios de comunicación, el acceso a la información, la brecha digital, la protección del consumidor y de los datos personales, el medio ambiente, la democracia, el estado de derecho, la seguridad y el mantenimiento del orden, el doble uso y los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluidas la libertad de expresión, la privacidad y la no discriminación.
En este sentido, en el examen de esta cuestión se debe partir de la Propuesta de regulación del Parlamento Europeo y el Consejo por el que se establecen normas armonizadoras sobre Inteligencia Artificial (Ley de Inteligencia Artificial) de 21 de abril de 2021, en la que define en su artículo 3.1, los Sistemas de Inteligencia Artificial.